Cuenta un compañero de Mario en la Corfo:
“me ayudaba a mirar las cosas como se debía,
me parecía un maestro,
porque con su equilibrio y su serenidad
permitía que uno llegara a mejor puerto.
Eso era en forma permanente.”
Mario le decía:
“Los problemas hay que mirarlos siempre desde
muchos ángulos, o sea, normalmente lo que uno
hace es mirar desde un punto y como lo miras
desde ese punto, por más que se empine,
siempre ve una parte de la cosa;
lo que tienes que cambiar es
no dar vuelta el problema,
sino girar tú en torno al problema,
verlo de otro punto de vista, y
de repente se te va a presentar
un todo más armonioso."
“me ayudaba a mirar las cosas como se debía,
me parecía un maestro,
porque con su equilibrio y su serenidad
permitía que uno llegara a mejor puerto.
Eso era en forma permanente.”
Mario le decía:
“Los problemas hay que mirarlos siempre desde
muchos ángulos, o sea, normalmente lo que uno
hace es mirar desde un punto y como lo miras
desde ese punto, por más que se empine,
siempre ve una parte de la cosa;
lo que tienes que cambiar es
no dar vuelta el problema,
sino girar tú en torno al problema,
verlo de otro punto de vista, y
de repente se te va a presentar
un todo más armonioso."
Mario Hiriart