lunes, 30 de julio de 2007

Fechas

Hitos en su vida – un hombre hace su camino

1931 el 23 de julio nace en Santiago de Chile

1947 primeros contactos con el Movimiento de Schoenstatt

1948 ingreso a la Facultad de Ingenier’a de la Universidad Católica en Santiago; Cofundador de la Juventud Masculina de Schoenstatt de Santiago

1949 29 de mayo, él y sus compañeros de grupo sellan la Alianza de Amor con la Mater en el Santuario de Bellavista

1951 primeras experiencias fuertes con Dios a través de la naturaleza del Valle de Elqui (en el norte de Chile)

1954 finaliza sus estudios; comienza su actividad profesional como ingeniero

1957 ingresa al Instituto Secular Hermanos de María de Schoenstatt, período de formación en Santa María (Brasil)

1960 regreso a Chile; trabaja como docente en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica; colaborador adulto en la Juventud Masculina de Schoenstatt
1961 últimas formulaciones de su Ideal Personal: "Como María, Cáliz Vivo, Portador de Cristo"

1964 14 de julio, œltimo encuentro con el Padre Kentenich, Fundador del Movimiento Internacional de Schoenstatt

15 de julio, fallece en Milwaukee (USA) a consecuencia de cáncer al estómago

1998 20 de octubre, se abre el proceso de beatificación en Santiago de Chile.

Fuente: www.mario-hiriart.net

Mario Hiriart biografía breve – sumergirse en su vida

Niño de la gran ciudad

Santiago de Chile, más de cinco millones de habitantes, un tercio de toda la población nacional concentrada en un espacio relativo; desde lo alto del cerro capitalino la monumental Virgen observa las congestionadas calles de la urbe.

En este incontenible pulsar de la gran ciudad nace en 1931 Mario Hiriart. Sus padres no presentan una fe católica viva y fuerte. Los primeros 14 años viven en las cercanías del centro cívico de la ciudad junto a los abuelos. Hoy esas casas, en las que vivió su infancia este futuro y moderno Santo, se encuentran en estado ruinoso y son además un burdel. ¡La gran ciudad olvida pronto y sigue su camino sin mirar atrás !.

En el cercano colegio, el flemático y tranquilo Mario encuentra pronto amigos. Como ratón de biblioteca y persona ordenada integra siempre el grupo de los mejores de su curso. Se perfila una vida normal y más o menos exitosa. Los planes de Dios para con este avispado jovencito son otros - no será una vida desapercibida y común. Antes de que él tome conciencia de ello, la Mater lo coge para educarlo.

Con 16 años él conoce el Movimiento de Schoenstatt. Comienza a escribir diarios de vida y a explorar en su vida interior. En la Universidad Católica fundan un grupo de estudiantes, forjan ideales y planes futuros de contribuir en su condición de ingeniero en la renovación y modernización cristiana de su país. Con determinación todos los miembros del grupo se disponen a entregarlo todo para la renovación de la sociedad, suceda lo que suceda.

Algo retirado de Santiago se reúnen estos jóvenes en torno a una pequeña capillita de la Virgen, el Santuario de Schoenstatt de Bellavista. Con la ayuda de un Padre desarrollan una espiritualidad a prueba de la contingencia diaria de la gran ciudad, la que debe ser mariana y especialmente orientada hacia el varón, en unión y en alianza.

Perdidamente enamorado

Ojos profundos de mirada comprensiva, buena figura y bella. Una niña desarma el esquema de Mario."En aquel verano, después de dar el Bachillerato, me encontré en La Serena con ella. No me di cuenta en un comienzo que me había enamorado: desestimé esos sentimientos como un cariño protector. ¡ Por Dios qué farsante fui y así Madrecita, Tú lo sabes muy bien, me fui enamorando terriblemente". (Diario de vida, 13.05.1955).

Mario es una persona intelectual, un poco "mateo". Conocer a Alicia - su nombre - desata en nuestro joven a las puertas de su ingreso a la universidad, un terremoto afectivo de grado 9,5 en la escala de Richter. El 28.12.1956 consigna en su diario de vida que gracias a Alicia su corazón sentía "por primera vez toda la potencia del amor humano".

Desvalido debe experimentar que sus esquemas de conducta vividos a la fecha no logran extraerlo de la confusión en que se encuentra. Toda la familia de Alicia - sus padres y sus numerosos hermanos - le resulta muy atractiva. El ve en ellos un ejemplo vivido de cristiana espiritualidad familiar.Más de cinco años lucha en su interior con esta decisión. Desde su concepción y su vida recorrida fundada en su Fe de la Divina Providencia tiende él a ser Hermano de María. Como ingeniero desea poner su vida íntegramente al servicio del Movimiento de Schoenstatt, como laico vivir célibe en una comunidad de varones un estilo de vívida austeridad, entregar su libre voluntad a la voluntad de Dios, trabajar en pos de una cristiana renovación de las sociedades ! Pero sus sentimientos tienden hacia el matrimonio, la cercanía y el calor tierno, vivir íntegramente todas las facetas del amor, esforzarse seriamente por una acertada vida matrimonial y familiar cristiana !La lucha se intensifica. En 1955 él siente : debo dar el salto! Ambas son atractivas. Cualquiera sea mi determinación, la situación exige un salto mortal de confianza. Sin ver y como torbellino, con los brazos extendidos en la esperanza que las poderosas manos de Dios lo cojan firmemente.

Salto mortal hacia los brazos del Padre

En su cama, tras largas horas de insomnio Mario toma en la noche del 09 al 10 de mayo de 1955 una determinación similar a un salto mortal, hacerse Hermano de María.

Nuevas sorpresas y sobresaltos no escasean. A su madre le diagnostican cáncer al pulmón. Ni su padre ni su hermano mayor desarrollan la fuerza para atender a la madre enferma. Así Mario se encuentra confrontado, como joven ingeniero de 25 años a cumplir en su quehacer profesional, cuidar de su madre, proveerla de las necesarias botellas de oxígeno, mantener elcontacto con los médicos y apoyar psíquicamente al padre. Una alegría desbordante constituye para él cuando su madre accede a recibir los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía. 24 años había cargado una culpa por lo que había dejado de acercarse a recibir los sacramentos. Liberada de dicho peso, con el alma aliviada fallece a comienzos de agosto de 1956.

En este tiempo Mario participa de un grupo de diez jóvenes que se interesan por los Hermanos de María. Existen fuertes diferencias de opinión al interior del grupo respecto de cómo debe ser el estilo de vida a llevar. El Padre que guía al grupo no tiene ideas claras en relación a un Instituto Secular Masculino. Cuando surge la posibilidad de participar de una formación para Hermanos de María en Brasil, sólo uno toma su mochila, Mario! El ingresa en la etapa de fundación de la comunidad. Como único sudamericano convive tan sólo con alemanes. Diferencias de mentalidad y problemas de comunicación marcan esta primera etapa. Poco a poco se va incorporando y aprende a valorar y amar a su "nueva familia".A comienzos de 1960 regresa a Chile. Deberá dar otro gran salto! Tiene la posibilidad de tomar un trabajo bien remunerado y de prestigio, es decir, con horarios de trabajo fijos, ciertas comodidades y muchos beneficios más. Pero Mario opta por el cargo de docencia en la Universidad, es decir, muy inferior sueldo, poco reconocimiento, un horario de trabajo absorbente etc. El desea como docente de estilo cristiano apoyar técnica y humanamente a los estudiantes.

Gracias a estos innumerables saltos de confianza en situaciones difíciles, Mario posee algo que regala a las personas de su entorno. El es uno de los que encuentra cobijo en las paternales manos de Dios, que descansa en sí mismo, irradia profunda paz y con ello puede servir desinteresadamente al prójimo.

Fascinación por la naturaleza: tras la huella del Creador

"Estoy en Santa Adela, en Elqui, la tierra de mis amores. ¡ Por Dios que me gusta, Madrecita!" (10.03.1955). Mario tiene una relación muy especial hacia este prolongado valle cercano a La Serena y a 470 km al norte de Santiago. En siete ocasiones pasa sus vacaciones en el fundo "Santa Adela". Aquí conoció el sentimiento patrio, aquí se enamoró perdidamente, escribió poemas, cabalgó, aquí disfrutó de la naturaleza, meditó y percibió la cercanía de Dios.
"Adiós Santa Adela, adiós, Punta Azul,
Tierra de mis amores escondidos,
de mis dulces amores por siempre idos, adiós!(...)

Amar y sufrir son una misma cosa,
dos rosas diferentes de un mismo rosal.
¿ Cuál de ellas es origen, y cuál de ellas es injerto ?
Sin duda, Dios lo sabe, y yo en mi alma lo sé.

Lo sabía, Señor, cuando iba a la montaña,
al subir las quebradas o hacia el Elqui al mirar.(...)
Señor, en Santa Adela dejo un trozo de mi alma.
Tú lo sabes, Señor, y sabes el por qué,(...)

En sus cabalgatas y paseos visitó reiteradas veces el cementerio de El Tambo. El cementerio está emplazado en las afueras, detrás del poblado en un valle lateral. Lo inundan el silencio, sequedad, soledad, el silbido del viento, arena, lápidas y cruces blanqueadas a la cal. A la redonda las imponentes siluetas de las montañas, piedra desnuda y arena y por doquier cactus. En la hondanada verde profundo y a la distancia en el valle principal el río Elqui, generoso donante de vida.

"Allí recé (...) el Angelus en una tarde de verano de 1951. En ese momento tuve la impresión lúcida y clarísima de que podía comprender a los místicos, y tuve por primera vez en mi vida una conciencia inmensa, abrumadora, de la presencia de Dios junto a mí. Desde aquella vez, comencé a sentir a Dios en la naturaleza, y a amarle a través de ella con todas misfacultades". (28.12.1956).

Estas son experiencias místicas y del corazón que nadie imagina encontrar en un ingeniero. Mario se sumerge en una nueva dimensión de experiencia de Dios; es uno con el Creador del cosmos, uno con su creación, uno consigo mismo.

Al ingeniero nada le resulta demasiado pesado

La vida continúa exigiendo de Mario. Gustoso viviría en comunidad para experimentar el apoyo de divulgar y ver crecer a los Hermanos de María y al Movimiento de Schoenstatt. Pero no es así. Su misión laica como docente en la profesión y como colaborador en el trabajo con juventud asumiendo la paternal tarea de ser corazón y alma del mundo masculino, apenas es comprendida por quienes lo rodean. Padre Kentenich, el fundador de Schoenstatt se encuentra desde 1952 en exilio eclesiástico en los Estados Unidos. La rama masculina del Movimiento de Schoenstatt en Chile está dividida, lo que no permite un crecimiento sano. Con frecuencia su salud lo abandona.

"Recuerdo muy bien cómo me resultaba imposible superar esa sensación, y cómo, a medida que se agregaba una noche de insomnio a la anterior, ella aumentaba de intensidad ". ... ayer hubo un momento en que, ante la notoria imposibilidad de absorber tantas cosas juntas, me tomé la cabeza entre las manos ante tu imagen y te pedí que me liberaras de todo esto ... ¡ Si hasta llegué a pensar en renunciar a hacer clases, o a recurrir al subterfugio de enfermarme !".

Estas dificultades lo presionan más fuerte aún a cobijarse en los brazos de su Madrecita. El ego propio se esfuma, el Tú divino gana espacio: "... mi tendencia a planificarlo todo, a calcularlo todo ... ¡ Manía tan propia de ingeniero, y a la vez tan propia de un tal Mario Hiriart! Pero el quiere que el hombre se adapte a sus planes eternos, mientras que yo quería que Dios se adaptara a mis "plancitos", a mis tontos cálculos ..." (03.11.1961).

En su relación con los jóvenes él se siente generosamente obsequiado, "... nada me atrae más que ese auscultar el interior de las almas, tocar en ellas para reconocerlas, y sobretodo para ayudarlas a madurar hacia la sabiduría de vida ... (04.07.1962). "¿ Por qué tienen los chiquillos esta confianza tan grande en mí?". (07.08.1963).

En muchas oportunidades Mario ofrece su vida a la Virgen por la materialización de sus planes respecto del Movimiento de Schoenstatt. En 1964 su oferta es tomada en serio. En el trayecto entre Chile y Schoenstatt, Alemania, pasa por Estados Unidos, donde visita al Padre Kentenich, un médico le diagnostica cáncer al estómago. Tras unos encuentros con el Fundador debe ser internado en un hospital para ser sometido a tratamiento. Mario de 33 años, colmado de deseos de vivir y afán de actividad debe una última vez soltarlo todo y saltar a los brazos de la Virgen y del Padre. Sin alcanzar Alemania, con paz en el corazón y una sonrisa en sus labios, expresión de su felicidad interior, fallece el 15.07.1964 en el hospital de Milwaukee.

Fuente: www.mario-hiriart.net

miércoles, 25 de julio de 2007

15 de Julio : Recordamos la Pascua del Siervo de Dios Mario Hiriart Pulido

Fecha lunes, 16 de julio a las 22:54:30
Tema Nuestros Santos y Mártires


Antiguo Alumno Marista, camino a los altares

Nació en Santiago de Chile el 23 de julio de 1931 en una familia con principios éticos y de afectuosa armonía, pero no religiosa. Su abuela materna, una tía inválida y su “nana” Teresa le comunicaron la fe y le enseñaron a rezar. Estudió en el colegio de los Hermanos Maristas de Santiago, donde se destacó como buen alumno.

SIERVO DE DIOS

MARIO HIRIART PULIDO

( 23 de Julio de 1931 - 15 de Julio de 1964 )

Su ideal de laico era: ser “como María, Cáliz vivo, Portador de Cristo”



En los últimos años de estudio integró un grupo juvenil de Acción Católica, donde comenzó a crecer hacia un catolicismo más activo. El año que comenzaba sus estudios universitarios en la Escuela de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Chile, impulsado por el capellán de su colegio, formó con algunos amigos el primer grupo de jóvenes del movimiento de Schoenstatt de la capital. Pudo conocer a su fundador, el padre José Kentenich en esos años fundacionales y éste llegó a ser su maestro en el camino de fidelidad al Señor, de amor a la Iglesia y a la Santísima Virgen.



Su amor a María lo hizo profundizar su relación con Cristo en la Eucaristía, y encenderse en su entrega por los demás, siendo un brillante estudiante de ingeniería que mereció, al final de su carrera, el premio al mejor alumno de su promoción.


Comprendiendo con dolor que el camino del matrimonio no era para él y estando seguro en un buen puesto en la Corporación de Fomento de la Producción, decidió seguir el llamado del Señor a ser un santo laico; a dedicarse exclusivamente a servirlo, pero siendo un hombre más en medio del mundo, haciendo lo ordinario extraordinariamente.



Con este fin partió a Sta. María, Brasil, a hacer su noviciado en el Instituto Secular de los Hermanos de María. Allí sirvió a jóvenes obreros en una escuela técnica y viajó por Londrina, Sao Paulo, Porto Alegre, Montevideo, Buenos Aires, Córdoba y Mendoza alentando a muchos jóvenes y matrimonios a decidirse por vivir radicalmente su fe; a comprometerse en la construcción de un ordenamiento cristiano de la sociedad y en el servicio público.



Tras su regreso a Chile, comenzó a hacer clases en la escuela de ingeniería de la Universidad Católica. Creó un banco de libros para facilitar su adquisición a los estudiantes más necesitados y allí fue para muchos un ejemplo, un maestro y un amigo.

A Mario Hiriart se le recuerda por su sonrisa; hombre culto, le gustaba la poesía, la música y el canto. Tocaba guitarra y tenía un especial gozo en la contemplación de la naturaleza.

El Espíritu Santo lo condujo a una plenitud de la vida cristiana según el ideal que él mismo había asumido: ser “como María, Caliz vivo, Portador de Cristo”.

Conoció el sufrimiento y la soledad. Su mala salud lo martirizaba con permanentes achaques, hasta que un cáncer oculto acabó por minar totalmente su físico.

Murió en Milwaukee, Estados Unidos, el 15 de julio de 1964 y sus restos descansan tras el santuario de Schoenstatt en Bellavista, La Florida, Santiago de Chile.



Estado de la Causa


Actualmente el proceso ya fue entregado en Roma a la S.C. de la Causa de los Santos. Se está levando a cabo un exhaustivo estudio que realizan los Cardenales de la mencionada Congregación, de toda la documentación enviada por el arzobispado que llevó adelante la tarea de documentación, declaración y preparación de informes.



El proceso de canonización de Mario Hiriart está próximo a cerrar la fase diocesana, esto es, la recopilación de todos los documentos requeridos para enviarlos ya a Roma. Se están preparando, según formatos y normas establecidas, las declaraciones de todos los testigos, los escritos y cartas de Mario, su biografía, los informes especiales, el diario de vida, documentos personales desde su certificado de nacimiento hasta su defunción. Hasta el momento, suman 6000 páginas.



Fuente : www.mariohiriart.cl



Mario Hiriart y los Hermanos Maristas

( Tomado del libro "Mario Hiriart : Cáliz vivo, portador de Cristo ", del Padre Esteban Uriburu )

Mario Hiriart hizo todos sus estudios de Primaria y Secundaria en el Instituto Alonso de Ercilla de Santiago. Allí fue germinando la semilla de su inmensa fe y amor a Dios.

Se apegaba mucho a personas y lugares. Por eso, cuenta años más tarde, que se había enamorado profundamente de su Colegio: "Durante las vacaciones no podía dejar de ir allá, conversar un poco con los Hermanos y ver los patios y las clases"...Esa vinculación llegó hacerle pensar en ser Hermano Marista, por su gran apego sentimental, " al lugar mismo, al edificio y a las personas que había en él"....

En aquella escuela, Mario cultivó su amor por la Virgen María. Y se reconoce deudor también en el plano de la fe, ya que " en el colegio también aprendí mucho en este sentido, todo lo religioso se me metió en el subconsciente y fue completando lo que ya había recibido en mi casa, dándome esa fe de carbonero, a la española, de mis buenos Hermanos Maristas "...


Su cercana vinculación con sus profesores le permitió, además, ir generando un profundo amor a la Buena Madre, que fue el centro de su vida espiritual en el resto de su corta existencia. En 1965 decidió incorporarse como miembro de los Hermanos de María, uno de los institutos seculares de Schoenstatt. Estos integrantes se consagran al estado laical en una vida comunitaria y virginal, preocupada exclusivamente de servir a Dios y amar a todos los seres humanos, sin distinción.

El secreto de todo cuanto pudo realizar e intentar en su vida reside en su intensa vida espiritual y en las fuerzas que recibe al unirse con Dios a través de ella. Su oración frecuente y recogida, su participación en la Eucaristía, su filial vinculación a María, constituyen las claves de una inagotable actividad.

Debemos perfilarlo, con todo orgullo, como un hermano nuestro, Marista a cabalidad, rumbo a los altares.